Cada primer viernes de mes, los visitantes tienen la oportunidad de conocer al vigilante nocturno de Greifswald en una de sus incursiones por las calles de la casco histórico para acompañar. Con su alabarda asegura la paz y el orden y protege a sus compañeros de los ladrones y la chusma borracha. Al caer la noche y al resplandor de su linterna, sabe cómo contar historias extrañas, aterradoras y entretenidas de tiempos pasados, desde la fundación de Greifswald, el Monasterio Grey y el asesinato de Heinrich Rubenow.